«Que llueva que llueva, la virgen de la cueva, los pajaritos cantas, las nubes se levantan…» ¿Quién no ha escuchado nunca esta canción infantil?
Pues debéis de saber que esta canción tiene origen valenciano, en concreto pertenecería a la Cueva Santa de la localidad castellonense de Altura.
La Cueva tiene unos 20 metros de profundidad y antiguamente los pastores y sus animales se refugiaban en ella cuando llovía. Por aquel entonces era conocida como la cueva del «latonero».
Para acceder hasta la imagen de la Virgen, se desciende a través de unas escaleras que llevan a la capilla donde se encuentra la imagen, protegida por una reja.
La imagen es una escultura de yeso de unos 20 cm de alto por 10 cm de ancho. Data del siglo XV y se le atribuyen infinidad de milagros.
Según la historia, en el año 1410, fray Bonifacio Ferrer, hermano de San Vicente, monje de la Cartuja de Valldecrist les regalaba y repartía entre los pastores imágenes de la Virgen con la idea de que pudiesen llevarla en el zurrón para que pudieran rendirle culto siempre que salieran de sus hogares.
Un día, uno de los pastores, puso la imagen de la Virgen sobre una piedra, le puso flores, y pasada la tormenta, partió hacia su destino dejando la imagen de la Virgen olvidada en la Cueva. Cien años después, otro pastor que pasó la noche en la «Cueva del Latonero» se le apareció la Virgen indicándole donde se encontraba su imagen, la buscó y la encontró en el rincón en la que 100 años antes la había dejado olvidada el pastor.
Desde entonces, se le atribuyen cientos de milagros. Uno de los milagros más conocidos, cuando un ciego junto con su lazarillo, por el 1600, acudió a la Cueva para pedirle que curara su ceguera y, ante la mirada de varios testigos, el hombre recobró la vista.
Cariñosamente, a la Virgen de la Cueva, se le llama la Blanca Paloma. Es por el año 1700, que los labradores de los pueblos de alrededor le pidieron a la Virgen que lloviera para salvar sus cosechas, después de una larga sequía: «no plourà fins que no ixca la Blanca Paloma». Hubieron lluvias y nieve durante toda una semana, y es por este motivo la canción infantil «Que llueva que llueva, la Virgen de la Cueva».
El santuario está a 12 kms de la localidad castellonense de Altura, y se ha convertido en un lugar de peregrinación y culto desde el siglo XV, cuando se le apareció la Virgen al pastor, fue entonces cuando se erigió la capilla y se cambió el nombre a la Cueva, pasando a llamarse «Cueva Santa».
Desde 1955, la Blanca Paloma es patrona de los espeleólogos españoles.
Así, que si queréis conocer más sobre la Virgen de la Cueva Santa, os invitamos a que visitéis su santuario, ya seáis devotos o no, estamos seguros de que conocer la historia de algunas localidades valencianas, es de gran interés.
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